Space
Cowboys
Marvel continúa con su raid de
superhéroes sci-fi con la adaptación de Guardians Of The Galaxy (Guardianes de
la galaxia, 2014) un filme que reúne a un grupo de mutantes melancólicos para
salvar el mundo una vez más. Dirige
James Gunn.
Veintiséis años después de ser
abducido del planeta tierra Peter Quill (Chris Pratt), un humano devenido en
superhéroe, debe reclutar a un grupo de inadaptados –de allí en más Los
Guardianes- para impedir que un sádico dictador interplanetario convierta la
galaxia en cenizas.
Más de una década ha pasado desde
que el cine de superhéroes se forjó como género. De las precursoras X-men
(Bryan Singer, 2000) y Spiderman (El
hombre araña, Sam Raimi, 2002) hasta la consagración con The Avengers (Los
Vengadores, Joss Whedon 2012) la obsesión por salvar a la humanidad y ver hombres
hacer cosas increíbles sigue siendo tendencia. Originalmente creados en 1969
por Arnold Drake y Gene Colan los guardianes de la galaxia llegan para hacer
las cosas en grupo como lo hicieron alguna vez los hombres X, los 4 fantásticos,
y así, continuar con la locura crossover que Marvel viene desarrollando desde
Iron Man (Jon Favreau, 2008)
Podrían resultar poco
interesantes los resultados, pero no. James Gunn logra una película amena al
servicio del buen entrenamiento: naves, combates, un mapache y un árbol. El filme tiene ritmo, buenas actuaciones,
gags cómicos para morir de la risa –Chris Pratt y Bradley Cooper a la cabeza- y
una banda de sonido –Blue Swede, The Runaways, Jackson 5- que emana sexo y
blues de los 80s. La trama que quizá peque de inconsistente (de buenas a
primeras la galaxia arde) convence con personajes empáticos, los outkast de
siempre. Y por eso los queremos.
★★★