martes, 20 de marzo de 2012

Reviews: The Artist (El artista, 2012)





Me gustas 
    cuando callas...



  El director ganador del Oscar en 2012, Michel Hazanavicious crea caos en un actor chapado a la antigua cuando su propia disciplina se devela ante él con voz propia. No le temas. Hable con ella diría un conocido director español. Esto es The Artist (El Artista, 2012)  


Corre la década del 30 y todo parece ir sobre ruedas para el actor estrella del cine mudo George Valentin (Jean Dujardin), reconocimiento y fama abrazan su cotidianeidad. La llegada de una nueva actriz a la industria, Peppy Miller (Bérénice Bejo) y un vuelco en la producción cinematográfica del viejo Hollywood, que incluye la implementación del sonido, el diálogo y la voz, tomarán forma como la caída del profesional de la expresión ante la incapacidad de convivir con el nuevo formato.   



La obra de Michel Hazanavicious utiliza los recursos narrativos, actorales y estructurales del cine clásico como su arma de primera línea acompañado de lo que llamo ‘Método Matrioska’. The Artist es una película que habla sobre el cine, un sutil duelo entre el arco ficcional y el real, lo viejo y lo nuevo. Como la muñeca rusa, llena de capas conforme avanza. A diferencia de las Matrioskas el largometraje no es hueco, todo lo contrario, se encuentra lleno de elementos tradicionales del cine clásico que paradójicamente resultan innovadores en la actualidad: La inexistencia del dialogo hablado, la fuerte presencia de la música, el color limitado solo a dos alternativas (blanco y negro) y por sobre todas las cosas un trabajo corporal, físico, una majestuosidad de la expresión que convierte al espectador en un cómplice, lo hace parte de su entendimiento, sin más que una mirada o una sonrisa. 




La historia se maneja dentro del terreno dramático con guiños cómicos/musicales (¡A no olvidarse de Uggie!) y funciona, gracias a sus dos protagonistas, como la fusión de dos eras, dos quiebres en términos técnicos del cine de la época. La caída del personaje de Dujardin es inversamente proporcional a la ascendencia del personaje de Bejo, mientras él golpea el suelo, sucumbe ante la miseria humana y el olvido, ella acaricia las mieles del éxito, la trascendencia. Mientras él conoce el anonimato en silencio, ella se convierte en una figura pública mediante su voz, la primera gran actriz del cine sonoro. Con un trabajo de guión, fotografía y banda sonora destacables podemos decir que Hazanavicious jugó implacablemente sus cartas en un año que homenajear al cine pareció ser regla fundamental. Y con resultados bestiales.       

lunes, 12 de marzo de 2012

Reviews: Hugo (La invención de Hugo Cabret, 2012)







H de Hugo



De cómo un niño buscó con todas sus fuerzas un mensaje de su padre, de cómo el cine se convirtió en una máquina de hacer sueños, de cómo Martin Scorsese lo hizo otra vez. Damas y Caballeros, Hugo (La invención de Hugo Cabret, 2012).  


De buenas a primeras, Hugo (Asa Butterfield), un niño poco convencional del Paris de los años 30, pierde a su padre en un accidente. Una vieja estación de trenes se convierte en su nueva casa y la torre de reloj en su día a día. El único recuerdo a su vida pasada se aferra a un autómata, una especie de muñeco con un mecanismo interior de engranajes. Con la ayuda de una nueva amiga, Isabelle (Chloë Moretz), develaran el secreto que conecta al autómata, con un mensaje de su padre y el mundo del cine.   





Basada en el libro ‘La invención de Hugo Cabret’ de Brian Selznick, tanto la historia como la película revitalizan un género que parecía olvidado en los noventa. Estoy hablando de los héroes infantiles terrenales, sin magia ni 3D (Aunque Hugo tiene sus toques tridimensionales), chicos comunes perdidos en aventuras, descubriendo lo mundano. Y el toque Scorsese, claro. Ese delicado y único manejo de la cámara que puede pasar de criminales y mafiosos, The Departed (Los Infiltrados, 2006) a estaciones de trenes, relojes, y un homenaje a la familia que lo vio vivir, la familia del cine. Con un buen trabajo del elenco en general, de Ben Kingsley a Sacha Baron Cohen, lo que toma fuerza como un reconocimiento a la industria cinematográfica pierde impulso con un guión (A cargo de John Logan), que desde la parte humana y emocional, termina siendo simple.

Hugo da de que hablar. Con 11 nominaciones a los últimos premios Oscars, divide las aguas en su apreciación. Los más quisquillosos podrán salir no tan conformes, mientras que el espectador regular quedará maravillado. Ojo, esto no significa que esté hablando de una obra maestra ni que este subestimando al público. No. La película no es perfecta, es cine clase A, de eso no hay dudas, pues personajes como Scorsese rara vez decepcionan. Yo solo puedo decirles, vayan al cine, pónganse los lentes y déjense llevar, a fin de cuenta uno de los más grandes directores de varias generaciones no los puede llevar por un mal camino.