viernes, 18 de enero de 2013

Reviews: Life of Pi (Una aventura extraordinaria, 2012)







La tempestad y el tigre




Una travesía en mar abierto contra la adversidad de la vida, la furia de la naturaleza y la compasión de la fe. Ang Lee regresa con Life Of Pi (Una aventura extraordinaria, 2013)  









En búsqueda de un mejor bienestar y un prospero futuro, la familia Patel abandona su India natal con un Zoologico y proyectos a cuestas en pos de alcanzar el sueño americano. Una vez en viaje, lo que parecía una lluvia misericordiosa toma forma en una feroz tormenta que azota el barco hasta hundirlo en las profundidades del mar dejando al joven Pi (Suraj Sharma) y a un puñado de animales como únicos sobrevivientes. 





Hay que comenzar diciendo que Ang Lee es un gran hacedor de metáforas y un verdadero artista visual. Generalmente cuando un director trabaja de manera acertada las dos áreas mencionadas tiene el don de convertir al espectador en un viajero. Life of Pi es una odisea de inmensas proporciones, un naufragio a lo más profundo de la condición humana y una fraternidad con el reino animal. El largometraje respaldado por el bellísimo soundtrack de Mychael Danna y un 3D de los que valen –Escena de las medusas-, está plagado de alegorismos vinculados a la vida -La sociedad como un bote en el medio del océano pacifico con una cebra, un orangután, una hiena y un tigre – y una curiosa pero respetuosa mirada al mundo de las creencias y de la religión –La división de las historias como la fe en la existencia de Dios-.

Un párrafo aparte se merece la relación de Pi y Richard Parker, el tigre de bengala. El relato que avanza 227 días en el tiempo comienza como una lucha por ‘la cama grande’ –Léase objeto flotante mayor- y la imposición y dominación del más fuerte sobre el débil. La desolación pronto termina siendo un punto de encuentro y solidaridad entre el humano y el tigre –Pues el animal no puede comer sin la ayuda de hombre, y este necesita de la constante vigilia provocada por el acecho del felino para mantener su mente ocupada-. Suraj Sharma entrega una interpretación conmovedora siendo la escena de la rendición ante Dios con un Richard Parker sobre su regazo su punto más alto.

En fin, Ang Lee entrega una evidencia más de su versatilidad en una pieza que toca el alma del espectador en una historia de superación personal tan increíble como terrenal.  

sábado, 12 de enero de 2013

Reviews: Laurence Anyways (2012)






Soy lo que soy





El niño prodigio del cine independiente presenta al mundo su tercer largometraje, una transición virtuosa en la vida de un hombre que quería ser mujer. Lo nuevo de Xavier Dolan: Laurence Anyways (2012)










En la agonía de los gloriosos 80 y con la llegada de la edad media la vida de Laurence Alia (Melvil Poupaud) un mundano profesor de literatura de Montreal da un vuelco inesperado cuando le revela a su pareja, Fred (Suzanne Clément), sus deseos de abandonar el sexo masculino. Agobiado por una monotonía y un cuerpo que no le pertenece, Laurence emprende un largo camino al cambio cargando sobre su espalda los prejuicios de una sociedad intolerante, las dudas de la mujer que siente ser y la pérdida de la mujer que ama.

A estas alturas Dolan se ha consagrado como un escritor y director, no solo innovador, sino también creador de un sello propio. Anclado en un marcado interés sobre la diversidad sexual –que viene desarrollando desde sus obras predecesoras, I Killed My Mother y Les Amours Imaginaires- construye en Laurence Anyways una historia sobre el descubrimiento de una latente y silenciosa identidad atravesada por un amor desgarrador y resistente a casi todo. Magistral es el trabajo de los protagonistas: Poupaud oscila entre la timidez y la valentía mientras que Clément maneja momentos de reacciones rabiosas, sobrecargadas de energía, un verdadero desfile de sueños rotos. Ambos personajes se necesitan y se alejan mutuamente, componiendo un climax de liberación tan surreal como poético hacia el final de la historia, véase como la escena de ‘la lluvia de ropa’ en la isla negra.  




La historia tiene lugar en 1989 por lo que el trabajo de ambientación en los tiempos de Reality Bites denota una especial dedicación: Vestimenta, música y tecnología. La elección de dicha década no es casual, más bien es una provocación a las partes más conservadoras de la sociedad ante la inexistencia de derechos para la comunidad homosexual. En cuanto a la dirección el joven canadiense deja ver algunos recursos que ya forman parte de su estilo –la utilización de la voz en off, la cámara cargada en la nuca de los personajes y planos detalle como puntos claves en la narrativa – e inclusive una línea entre su obra completa como la participación de actores recurrentes, Suzanne Clément viene de I Killed My Mother mientras que Monia Chokri fue Marie en Les Amours Imaginaires.

Si bien las comparaciones son odiosas es inevitable ver en Dolan vestigios de un joven Almodóvar. Controversia e ingenio definen sus películas, tanto mentor como discípulo han sabido deshacer tabúes a través de obras que rozan el culto. Laurence Anyways manifiesta en sus líneas dramáticas un mensaje esperanzador, corre los límites de lo determinante y rompe con lo establecido: La historia comienza con un hombre y termina con una mujer. Ustedes saquen sus propias conclusiones.