miércoles, 25 de julio de 2012

Reviews: To Rome with love (A Roma con amor, 2012)




Tutto l'amore

Woody Allen continúa tomando las capitales europeas como musa de sus historias, vidas cruzadas en la ciudad del romance con Roberto Beningni, Alec Baldwin, Penélope Cruz, Ellen Page y Jesse Eisenberg en To Rome With Love (A Roma con Amor, 2012)
La nueva propuesta del aclamado director y guionista neoyorkino presenta cuatro historias en el corazón de la bella Italia, Roma. Sin conexión alguna, todas inician, transcurren y desenlazan de manera independiente con un único nexo universal: el amor.
To Rome With Love sigue la racha de filmes paisajistas que Allen comenzó unos años atrás con obras como Match Point (Londres, 2005), Vicky Cristina Barcelona (Barcelona, 2008) y Midnight in París (París, 2011), material ‘made in Europe’ para el resto del mundo. Si bien esta nueva película encaja en la premisa antes mencionada, Roma pasa a un segundo plano en una articulación de más de una decena de personajes con un estilo teatral básico: historias múltiples, aleatorias, inconexas y auto conclusivas. Aquí no tenemos la oscuridad de Match Point ni la fantasía de Midnight in París, más bien obtenemos un mix de situaciones sueltas, un tanto superficiales, que no van a ningún lado.




Penélope Cruz destaca en el papel de una voluptuosa prostituta por encargo mientras que Ellen Page y Jesse Eisenberg (el pibe Facebook) hacen lo suyo para el público más joven. El mismo Woody Allen enseña quizá los mejores guiños cómicos encarnando a un padre un tanto peculiar. La fotografía impecable, especialmente en esos fugaces retratos del verano italiano. La música, característica, de cliché acompaña pero a la vez agota en la decima repetición.  
Quizá se pida mucho de un director que ha estado en vigencia durante años y que anualmente nos entrega uno o dos filmes, no todos son grandes guiones, he aquí el caso, una divertida comedia con momentos bien creados pero que peca de pretensiosa al abarcar tantos personajes para terminar diciendo nada. Si hablamos de amor, hablemos de amores que duelan, amores grandes. Sino quieren eso, vean esta película.       





lunes, 9 de julio de 2012

Reviews: My Week With Marilyn (Mi semana con Marilyn, 2012)









Blond ambition

En una época donde las Biopics están a la orden del día, Simon Curtis reconstruye en ‘My week with Marilyn’ unos días en la vida la mayor estrella que el cine tendrá jamás. 










En pleno auge de su carrera Marilyn Monroe viajó a Inglaterra para filmar El príncipe y la corista con el popular actor Sir Laurence Olivier. Cuenta la leyenda, que por esos días abatida por el inminente fracaso de su tercer matrimonio, la rubia tuvo un romance con un joven asistente de dirección llamado Colin Clark que duró, si damas y caballeros, una semana. 





Es así que los frágiles recuerdos de Clark –publicados en el 2000 bajo el mismo nombre que el filme- dan forma al guión que tomó unos días, no el inicio, tampoco el desenlace, de la vida de quizá, la actriz más influyente de la industria del cine. Simon Curtis, se muestra cauteloso tras las cámaras en un proyecto modesto pero reconfortante y por sobre todas las cosas innovador. Más que interesante el tratamiento que obtiene el tema de la fama, como una prisión construida por los flashes de la cámara, y la mirada pesada del ojo público. El elenco sobresale, comandado por una excéntrica protagonista que se maneja sigilosamente entre Kenneth Branagh, Eddie Redmayne, Judi Dench y Emma Watson.

Las cosas como son: Marilyn fue única. A diferencia de otras actrices legendarias de la ‘golden age’ de Hollywood, Monroe pareció haber nacido para la cámara. Su belleza era inimitable. He aquí la labor de Michelle Williams en un papel brillante que da forma a una Marilyn desconocida para la cultura pop: insegura, caprichosa, soñadora, inestable y por sobre todas las cosas, humana y terrenal. La chica de ‘Blue Valentine’ despliega su vasto arsenal de herramientas interpretativas (Un sexy andar, un rostro iluminado, el guiño fugaz de su ojo e incluso su voz) que sacan a flote a la otra Monroe, la que la cámara no captaba, la intima y solitaria estrella que solo buscaba ser amada.